Cazador tranquilo Chapter 329 - Girasol

 Capítulo 329

34. Ojo

‘Recuerda.’

Inspiró profundamente. El entorno, que había sido un terreno baldío, volvió a convertirse en la sala de reuniones. Kokko cerró el pico y lo miró fijamente. Eui-jae se esforzó por calmar su corazón palpitante.

‘Eso de ahora…’

Debía de ser el recuerdo de la primera vez que Cha Eui-jae retrocedió en el tiempo en el primer mundo. El momento en que luchó solo contra el Apocalipsis, desesperado por dejar aunque fuera una mínima huella en él. Su mano derecha temblaba. Todos los músculos de su cuerpo estaban tensos. Como si hasta hace un momento hubiera agarrado con todas sus fuerzas el asta de una lanza y la hubiera lanzado.

Así de vívido era el recuerdo. Tan intenso que su propio cuerpo lo recordaba. Eui-jae apretó y soltó la mano.

“Si me has mostrado esto, entonces Hong Yesung…”

Kokko agachó la cabeza con tristeza. Esa era la respuesta. Él no preguntó más y acarició la cabeza de Kokko. Kokko frotó su cabeza lisa contra la palma de su mano. Eui-jae habló a propósito con voz ligera.

“Esto debería haberlo visto Lee Sa-young. ¿Verdad?”

“¿Kok?”

“De esa forma ese tipo no pensaría en rendirse. Mira. Como Lee Sa-young no está, se está descontrolando.”

“Kok.”

Kokko asintió como si estuviera de acuerdo. Eui-jae abrazó al pollo de cerámica y se acercó a la ventana panorámica de la sala de reuniones. Abajo era un caos. Gente agolpándose para entrar en el refugio, carreteras rotas y coches atascados, personas corriendo, y además…

El ojo del Apocalipsis observando desde el cielo.

“……”

Por un momento pareció que la dirección del remolino cambiaba, y entonces una mirada desconocida lo atravesó. Era una mirada pesada, intensa y vacía. ‘Eso’ reconocía claramente la existencia de Cha Eui-jae y lo observaba.

Si solo hubiera muerto enfrentándose al Apocalipsis, ni siquiera lo habría notado. Eui-jae sonrió.

“Parece que mi último esfuerzo tuvo éxito, Kokko.”

“¿Kokko?”

No sabía qué pasó con el asta de la lanza. Retrocedió en el tiempo antes de comprobarlo. Pero al sentir esa mirada escalofriante, lo comprendió.

¡Cha Eui-jae dejó una huella en el Apocalipsis!

Su corazón latía con fuerza. No de miedo, sino de pura emoción.

... Aunque solo fuera una herida superficial, no importaba. Lo importante era haber dejado una marca. Haber dejado una herida significaba que podía dejar una más profunda…

Quizá incluso podría eliminarlo.

En el cristal se reflejaba su cabello gris ceniza. Bajo la luz de la lámpara, la parte superior de su cabeza parecía casi blanca. No había tiempo. Ni para Cha Eui-jae, ni para el mundo.

¿Llegaría primero la mutación o la destrucción?

No había tiempo para dudar ni para calcular.

El teléfono vibró. Eui-jae sacó el móvil y pulsó el botón de llamada.

“Sí, director… Justo iba a decirle algo.”

Eui-jae se apartó de la ventana.

“Iré a la Oficina de Coordinación.”

* * *

Tac, tac. Unos zapatos de tacón bajo cruzaban el largo pasillo. Los bibliotecarios que pasaban se pegaban discretamente a la pared y contenían la respiración. Una mujer con el pelo largo recogido y bata blanca abrió de par en par la puerta de la sala del líder del gremio con una amplia sonrisa.

“¡Señor líder del gremio Seowon~! ¿Está aquí~?”

“El amo no está presente.”

Los ojos de Gayoung rodaron hacia abajo. Un chico con bata blanca estaba de pie ante la puerta, como bloqueando el paso. Sus ojos verdes, como canicas de cristal, la miraban fijamente. De forma desagradable. No, no era lo mismo.

‘Son auténticas canicas de cristal.’

La marioneta que asistía al líder del gremio Seowon. Siempre había tenido curiosidad. Los ‘niños’ de Gayoung parecían muñecos remendados y desaliñados. Gayoung le agarró la mejilla al chico. Sorprendentemente, se estiró suavemente. Gayoung le giró la cara de un lado a otro con curiosidad.

“¿Vaya? Pensé que sería como de arcilla.”

“……”

“¿La cubierta es piel humana de verdad? ¿O cuero? ¿Seda? ¿Tela especial?”

“……”

“Oye, cuando tu dueño te habla respondes bien, ¿por qué no respondes a mis preguntas?”

“He respondido a la primera pregunta. Considero que no hay razón para responder a las siguientes, ya que no están relacionadas con mi dueño.”

“Ah, así que no respondes sobre ti mismo. ¿Por mantener el secreto?”

“……”

Gayoung soltó la mejilla que estaba estirando, aburrida.

“Bueno, está bien. No es lo urgente ahora. ¿Dónde está el líder del gremio?”

“Está descansando.”

“¿En un momento tan crítico?”

“El líder necesita recuperar fuerzas.”

“¿Sabe lo que está pasando fuera?”

“El White Hole desapareció y volvió a aparecer.”

“¿Y que el fenómeno de blanqueamiento se está acelerando? ¿Que las mazmorras de erosión han explotado y los monstruos están saliendo? ¿Que si te atacan esos monstruos te conviertes en mutante?”

“Ha recibido toda la información.”

“No tiene sentido de la responsabilidad.”

“……”

“Bueno, da igual. He venido a hablar de algo.”

Gayoung sonrió y extendió la mano.

“¿Podrías compartir la vacuna que has investigado hasta ahora?”

El chico respondió sin cambiar de expresión.

“Me niego.”

“¿Vaya, por qué?”

“Primero, la investigación de la vacuna no ha concluido. No puedo compartir una vacuna incompleta. Podrían producirse efectos secundarios. Segundo, he confirmado que el ritmo de desarrollo del gremio Seowon es más rápido que el de Prometeo. Usar una vacuna incompleta como referencia…”

“Ya basta, no me des discursos. Qué aburrido.”

Gayoung interrumpió con desgana y chasqueó los dedos hacia atrás. Por todas partes, humanos con espinas salieron tambaleándose. Ella retrocedió un paso y se cruzó de brazos.

“Perdona, pero esto no es una petición. Es una orden para salvar a más personas.”

“No se pueden dar órdenes en una relación de cooperación.”

“¿Ah, sí? Entonces digamos que es un robo. Estoy acostumbrada a ser la villana.”

Al girar el dedo índice, los humanos caídos levantaron la cabeza. ¡Tac! Gayoung chasqueó los dedos. Los humanos gritaron y se abalanzaron sobre el chico.

Gayoung suspiró suavemente.

“De verdad, mientras luchamos así, los mutantes siguen aumentando… ¿Como los Despertados tienen menos probabilidad de mutar, acaso no importa? Si compartes la vacuna, se pueden salvar más vidas.”

“Eso es una falacia.”

“Bueno~ aunque sean algo bruscos, aguanta~ Si te rompen, siempre puedes arreglarte.”

“……”

“Chicos, no lo destrocéis demasiado. Yo también tengo que abrirlo~”

¡Pum, pum! Se oían golpes y carne siendo machacada. Ah, ¿será que en vez de algodón le han puesto carne por dentro? Gayoung, tarareando, se puso las manos a la espalda y empezó a caminar.

“Hmm~ ¿Dónde estaba el laboratorio…?”

Tac, tac. Los tacones resonaban animadamente en el largo pasillo. Cuanto más se adentraba, más silencio había a su alrededor. Mejor así. Llevaba tiempo viviendo solo con falsos cánticos y sonidos de piano.

‘Definitivamente, los humanos deben vivir en lugares tranquilos…’

Bajó las escaleras y entró en otro pasillo. Creía que era en este donde estaba el laboratorio al que le llevaron la pierna de un mutante. ¿Será que por la emergencia todos están en el terreno? El silencio era extraño.

‘Bueno, mejor para mí.’

Así no tenía que cerrar sus bocas.

Tac, tac.

Criiick…

Entre los pasos se mezcló un sonido extraño. Gayoung se giró rápidamente. No había nada.

“……”

¿Una puerta? No, parecía más bien el sonido de algo afilado rascando la pared…

‘¿Estoy paranoica?’

Gayoung frunció el ceño y siguió caminando. Si se distraía con esos ruidos, podría perder el momento. Los mutantes seguían aumentando.

Tac, tac…

…Tras el Día de la Grieta, incluso después de años, era casi imposible conseguir una funeraria decente. Había demasiados muertos y pocas funerarias que funcionaran. Así que la mayoría celebraba funerales conjuntos en una mazmorra, reuniendo a todos los muertos de una grieta.

Gayoung miraba ausente la foto de su hermano entre muchas otras en el funeral. Era de tamaño grande, pero se veía destartalada. No era un niño que debiera haber muerto así. Podría haber sobrevivido. Si no hubiera llegado tarde. Si hubiera recibido tratamiento a tiempo.

¡Si ese Despertado no le hubiera quitado el turno!

¡Si no le hubieran retrasado el turno de tratamiento!

Gayoung apretó los dientes. Arañó la esterilla del suelo con las uñas. Sus ojos ardían de rabia.

... El miserable funeral, la tristeza de perder a su única familia, poco a poco se transformaron en una rabia sin destino, en odio. Todo le resultaba detestable. La gente que idolatraba a los cazadores, los medios que los presentaban como la solución a todo, los cazadores que iban por ahí con aires de superioridad… ¡los odiaba a todos!

En ese momento, alguien se le acercó.

Fue cuando Gayoung estaba de pie junto al río donde esparció las cenizas de su hermano. Un hombre con abrigo blanco se acercó a su lado. Gayoung no lo miró.

“¿Ha perdido a un familiar?”

“……”

“Yo también.”

“……”

Perder a un ser querido es algo común.

Pero…

“¿Odia a los cazadores?”

Esa pregunta era rara.

Gayoung levantó la cabeza. El hombre la miraba con una suave sonrisa.

…Hubo un tiempo en que también tuvo esa esperanza.

Tac, tac.

Detener el Apocalipsis con el poder humano y salvar a la humanidad.

Criiick…

Gayoung volvió a detenerse. No lo había imaginado. Algo la seguía, seguro. ¿Serían los experimentos fallidos que ella misma creó? No, esos no hacían ese ruido…

Se giró para mirar atrás. De nuevo, no había nada…

No.

En el largo pasillo, tras ella, quedaban manchas de sangre.

Toc.

Algo cayó del techo. Gayoung levantó la cabeza lentamente.

“……”

“…Los corté todos.”

Un chico, que estaba pegado al techo con cuatro patas, cayó al suelo y se puso de pie. Llevaba una bata blanca y estaba cubierto de sangre, con un hacha tan larga como su brazo. Su rostro empapado de sangre estaba inexpresivo.

“Estará bien, ¿verdad? Puede arreglarlo de nuevo.”