CapÃtulo 252
25. Segundo final
Las personas que sujetaban sus Biblias murmuraban suavemente mientras salÃan. Gyu-Gyu devolvió el saludo con una sonrisa a quienes lo saludaban, pero tan pronto como todos se marcharon, se dejó caer, hundiéndose en sà mismo. En ese momento, un hombre de mediana edad con traje se acercó con una expresión de desaprobación.
“¿No puedes sentarte derecho?”
“Estaba sentado derecho hace un momento~”
“¿Y qué pasa con el color de tu cabello? ¿Cómo se supone que eso debe dar un buen ejemplo a los demás?”
“¿Qué tiene de malo? ¿No es lindo?”
“¿Lindo? Pareces un delincuente. ¡Consigue un corte de pelo adecuado también!”
“Oh, vamos~ Hoy en dÃa necesitas algo memorable para destacar. ¿No es bonito?”
Gyu-Gyu apoyó la barbilla en ambas manos, sonriendo ampliamente. Su padre dejó escapar un gruñido de desaprobación, se dio la vuelta y se alejó. Su madre, que habÃa estado de pie cerca, rió mientras tosÃa.
“SÃ, es bonito. Pero no te lo tiñas muy seguido, ¿de acuerdo? Tu cabello se dañará.”
“SÃ, mamáááááááááá…”
Gyu-Gyu respondió en tono arrastrado. Su madre suspiró mientras observaba a su padre desaparecer por el pasillo.
“Sabes cómo es él… intenta entenderlo. El mundo está tan mal en estos dÃas. Solo se preocupa por ti.”
“Oh, ¿de qué hay que preocuparse? Al fin y al cabo, estoy aquÃ.”
“Aún asÃ, las cosas no pintan bien estos dÃas. Casi te digo que no vinieras hoy.”
“¿Por qué?”
Gyu-Gyu parpadeó con inocencia, como si no entendiera. Su madre miró a su alrededor y bajó la voz, agarrándole del brazo.
“La gente está mirando a los Cazadores con desconfianza. Puede que tú te libres por ser hijo del pastor, pero…”
Asà que eso era. No era de extrañar que hubiera sentido miradas punzantes durante el servicio. Gyu-Gyu infló sus mejillas, desafiante.
“¿Por qué nos miran raro?”
“¿De verdad no lo sabes? Dicen que los Cazadores se están… convirtiendo en monstruos. Me aterroriza.”
Gyu-Gyu rodó los ojos. Lo habÃa visto unas cuantas veces mientras trabajaba con Honeybee. Pero eso solo sucedÃa con quienes se volvÃan adictos a ciertas drogas, no a cualquiera. Su sonrisa se desvaneció al reemplazarla con una risa fingida y juguetona, estirando los brazos en un gran bostezo exagerado.
“¿Qué significa eso~? Es la primera vez que lo escucho.”
“¡Oh, no te hagas el tonto! Eres un Cazador; ¿cómo podrÃas no saberlo? La gente dice que han visto a Cazadores transformarse, cubiertos de espinas y pareciendo bestias. Todos ellos alguna vez fueron Despiertos.”
“Ah, he escuchado algo asÃ. Pero ¿quién dijo que los que se transforman son los Despiertos?”
“¡La gente en la iglesia! Algunos lo han visto ellos mismos… todos están asustados.”
“…”
“Asà que, por favor, ten cuidado. Si solo les pasa a los Despiertos, entonces tú podrÃas…”
La preocupación sombreó el rostro de su madre. Era cierto que los Despiertos que se excedÃan con la droga de Prometeo mutaban. Pero sugerir que cualquier Despierto podrÃa transformarse era claramente un rumor, probablemente difundido por Prometeo. Para que llegara incluso a los devotos de la iglesia…
‘¿El director sabe sobre esto?’
Gyu-Gyu se rascó el pelo despeinado. ¿Acaso este rumor se estaba extendiendo internacionalmente también? Después de todo, habÃa conocido a varios Cazadores extranjeros que ya estaban enganchados a la droga de Prometeo—hedonistas que necesitaban estÃmulos extremos para sentir algo.
Pensándolo bien…
‘No han estado en contacto mucho últimamente…’
“…”
Si indagaba más, seguramente se verÃa envuelto en algo molesto. Pero no podÃa ignorarlo, dado lo serios que sonaban los rumores. Aunque esos tipos fueran una molestia, aún le preocupaban. Gyu-Gyu chasqueó suavemente la lengua. Mientras tanto, su madre le dio unas palmaditas en el brazo.
“Estoy feliz de que mi hijo esté en Corea por un tiempo. Siempre estás en el extranjero, asà que me preocupa muchÃsimo.”
¿HabÃa sentido de alguna manera que se irÃa de nuevo pronto? Sonriendo, le tomó la mano.
“Allá es realmente más seguro. Incluso desayuno pan en la mañana. No te preocupes.”
“Solo te extraño, eso es todo.”
Ella tosió, girando la cabeza y bajándola. Gyu-Gyu preguntó, preocupado.
“¿Tienes un resfriado?”
“No, no es eso, pero esta tos simplemente no se va.”
“¿Fuiste al médico?”
“Oh, ya tomé medicina para la tos. No te preocupes por mÃ.”
“…”
Gyu-Gyu miró fijamente su rostro. Ahora que lo pensaba, habÃa escuchado bastantes toses durante el servicio. Varias personas estaban tosiendo, no solo ella. Esperaba que fuera solo un resfriado estacional… Sonriendo de nuevo, le tomó la mano.
“La próxima vez te traeré té de jengibre~ para ayudarte con la tos.”
“Oh, mi niño dulce, siempre cuidándome.”
Ella abrió los brazos, y él se inclinó en su abrazo, acurrucándose contra ella. Sin embargo, mientras lo abrazaba, la sonrisa se habÃa desvanecido completamente de su rostro.
***
Una tos húmeda y ahogada salpicó algo húmedo en su hombro. Aferrado a él, con la barbilla apoyada en su hombro, el cuerpo de Lee Sa-young temblaba violentamente. Estaba anormalmente frÃo, casi como una persona muerta. Cha Eui-jae apretó los dientes. Desde el momento en que vio a Lee Sa-young arrastrándose por el suelo, vomitando sangre, no podÃa sacarse de la mente una imagen perturbadora: la visión de sà mismo recostado sobre un ataúd negro.
Lee Sa-young yacÃa dentro del ataúd.
‘No.’
Cha Eui-jae apretó con más fuerza a Lee Sa-young. A su lado, Bae Won-woo se movÃa de un lado a otro, ansioso.
“Hey, hey, ¿cuánto falta para que llegue el Romantic Opener?”
Seo Min-gi, que estaba de pie cerca, manipulaba el dispositivo de comunicación en su oÃdo antes de responder.
“Acaba de llegar al Gremio Seowon. La puerta deberÃa abrirse pronto.”
En ese momento, una gran puerta de madera apareció en el aire. Con un sonido pesado y desgastado, se abrió como si no se hubiera usado en mucho tiempo. Al otro lado de la puerta estaba el Romantic Opener, sujetando el pomo y con arcadas, junto a Nam Woo-jin, que sostenÃa un pedazo de papel arrugado y una pluma rota. Con ojos muy abiertos y pálidos, Nam Woo-jin escaneó la escena más allá de la puerta. Bae Won-woo gritó apresuradamente.
“¡LÃder de Gremio Nam Woo-jin! ¡Por favor, ayude con Sa-young!”
“¿Por qué esa cara? ¿Y qué hace J aquà también?”
“Es una larga historia; ¡por favor, rápido! TodavÃa está escupiendo sangre.”
“Haa… ustedes siempre causando problemas, todos ustedes…”
Nam Woo-jin se pasó una mano frustrada por la cara, arrojó el papel y la pluma a un lado, y comenzó a rebuscar entre el caos de su escritorio antes de preguntar.
“¿Cuánto tiempo puede mantenerse abierta la puerta?”
“¡Mientras el Romantic Opener pueda resistir!”
“¿Qué clase de respuesta vaga es esa? ¡Solo crucen todos de una vez! ¿O quieren que muera?”
Nam Woo-jin exclamó, impaciente. Cha Eui-jae fue el primero en moverse, poniéndose de pie con Lee Sa-young en brazos y saltando al otro lado, pasando junto al Romantic Opener que se aferraba al pomo de la puerta. Entraron en la improvisada sala de operaciones de Nam Woo-jin. Nam Woo-jin, ahora con una máscara de gas y guantes gruesos, señaló un pasillo a la derecha.
“Llévalo al área designada para Lee Sa-young. Está a prueba de contaminación, asà que dense prisa antes de que pierda más sangre.”
El joven marioneta les hizo un gesto para que lo siguieran. Sujetando firmemente a Lee Sa-young, Cha Eui-jae lo siguió hacia una habitación completamente oscura. Todo estaba en penumbra, desde el techo hasta el suelo, excepto por unos pocos muebles y una mesa de operaciones que conservaban sus colores naturales. Cha Eui-jae comenzó a colocar a Lee Sa-young sobre la mesa, pero—
“…”
Una gran mano se aferró firmemente a su hombro. Lee Sa-young lo estaba sujetando, sus ojos violetas, débilmente brillantes, estaban desenfocados e inestables. Cha Eui-jae sostuvo la mirada de Lee Sa-young directamente.
“Lee Sa-young.”
“…”
“Está bien.”
“…”
“No voy a irme. Estaré aquÃ, a tu lado.”
Los labios de Lee Sa-young, manchados de sangre ennegrecida, se movieron sin emitir sonido alguno. La mano que se aferraba al hombro de Cha Eui-jae se aflojó, y aquellos ojos violetas apagados parecieron girar antes de que sus párpados se cerraran. Con suavidad, Cha Eui-jae colocó el cuerpo inerte sobre la mesa, comprobando el pulso de Lee Sa-young. Afortunadamente, aún respiraba. Poco después, Nam Woo-jin, completamente vestido con una máscara de gas y un traje protector grueso, entró con paso firme, observando a J con una leve mirada entrecerrada.
“Parece que estás entero.”
“…”
“Bueno, al menos si logramos salvar a uno, ya es algo.”
Nam Woo-jin finalmente se recompuso, su tono ahora formal mientras examinaba el rostro y el cuerpo de Lee Sa-young. Hizo un gesto con la lengua y le indicó a Cha Eui-jae.
“¿Eres resistente a las toxinas?”
“SÃ.”
“Entonces ayúdame a quitarle la ropa.”
“¿Perdón?”
“Necesito revisar si tiene otras heridas. Solo quÃtale la parte superior.”
Maldita sea. Cha Eui-jae comenzó a quitarle el abrigo negro empapado en sangre a Lee Sa-young, levantando la camisa negra desde el estómago hacia arriba. Sin embargo, Nam Woo-jin chasqueó la lengua y le pasó un bisturÃ.
“Te va a llevar una eternidad. Simplemente córtala.”
Maldita sea. Cha Eui-jae levantó la camisa empapada en sangre y la cortó en el centro con el bisturÃ. La tela se despegó, revelando músculos firmes y un pecho amplio. Pero antes de los músculos, algo más llamó su atención.
“…Parece que tuvo una pelea con una bestia, ¿no?”
“…”
Una herida enorme, que cruzaba su estómago y pecho, comenzaba a volverse visible.
Comentarios
Por favor sé respetuoso y no hagas PDFs de nuestras traducciones