VGtSQk5FNX-TkRBNE5qRT-VQxRTlQUT0

Cazador tranquilo Chapter 254


 Capítulo 254

25. Segundo final

En el silencio absoluto, Cha Eui-jae frotó el suelo con la suela de su zapato. Creak, creak… Ese sonido era lo único que lo mantenía tranquilo. Mientras tanto, colocó su mano en el pecho de Lee Sa-young sobre la tela para comprobar su pulso y movió el cuerpo desplomado de Hong Ye-seong, presionando sus dedos bajo su nariz. Nam Woo-jin, quien había ido a buscar herramientas, no había regresado. No había ni rastro de nadie más. Lentamente, Cha Eui-jae comenzó a sumirse en un miedo que creía haber olvidado.

Hong Ye-seong abrió los ojos unos veinte minutos después. Creak, creak… El sonido agudo de algo raspando el suelo resonaba. Se agarró la cabeza palpitante y se incorporó, solo para ver a J sentado casualmente en una silla, raspando el suelo con una larga espada mientras lo observaba.

Hong Ye-seong parpadeó confundido, luego soltó:

“…¿Asesino?”

De inmediato, cerró los ojos con fuerza, listo para una reprimenda. Pero en lugar de negarlo, J tiró la espada a un lado y se acercó, agachándose frente a él, estudiándolo de cerca.

“¿Estás… bien?”

“¿Eh? Sí. ¿Por qué?”

“Tu esternón… No importa.”

Por supuesto, se había apuñalado en el pecho con esa misma espada. J -Cha Eui-jae- lanzó una rápida mirada a la espada que había dejado a un lado, tragándose sus palabras. Con una mirada rápida vio que no había marcas, ni siquiera en la camiseta blanca de Hong Ye-seong ni en su cuerpo. Hong Ye-seong parpadeó y luego se recostó sobre sus manos, encogiéndose de hombros.

“Oh, eso. No te preocupes. Le presté mi cuerpo con permiso.”

“¿De verdad estás bien?”

“¡Sí! Además, él sabía mucho más que yo. Después de prestarle mi cuerpo, todo tipo de conocimientos aparecieron en mi cabeza. No estuvo tan mal.”

“…”

“Y…”

Hong Ye-seong se frotó la boca, sus ojos parpadeando con símbolos débiles.

“Lee Sa-young ya no tendrá que hacer eso. Ahora ese lado se ha convertido en el cebo.”

“…”

“Dado que ha estado escondido mucho más tiempo que Lee Sa-young, sería un objetivo más tentador.”

“¿Eso es… conocimiento que dejó atrás?”

“Creo que sí. ¡Supongo que ahora soy más listo!”

No, eso no era del todo cierto. Cha Eui-jae negó con la cabeza; Hong Ye-seong aún tenía la misma expresión despreocupada de siempre. Frotándose las mejillas, Hong Ye-seong añadió de repente:

“Y no tienes que verte tan preocupado. Puede sonar raro, pero…”

Se encogió de hombros.

“Creo que sentí… una gran sensación de alivio. Como si finalmente, supongo.”

Tendría sentido sentirse así. Desde el primer fin del mundo hasta ahora, se había ocultado en las grietas del mundo, observando todo el tiempo pasar. Solo por una promesa.

“Amigo.”

Cha Eui-jae no recordaba haber sido su amigo. Sin embargo, siempre lo llamaba así. El mundo que amaba había desaparecido en el flujo del tiempo, pero había hecho lo posible por cumplir su promesa. Si era por verdadera convicción o solo para mantenerse entero, era imposible saberlo.

Quizás porque entendía bien esos sentimientos, Cha Eui-jae sintió un extraño nudo en la nariz. Parpadeó, agradecido por su máscara. Hong Ye-seong se estiró con un suspiro.

“Ah… Se siente extrañamente solitario. Algo vacío, ¿sabes?”

“…”

“¡Oye, consuélame, Kkokko!”

“Kkokko no está aquí.”

“Sí…”

En lugar de Kkokko, Hong Ye-seong extendió sus brazos hacia Cha Eui-jae. En vez de dejarse abrazar completamente, Cha Eui-jae solo le ofreció un brazo. Hong Ye-seong rodeó el antebrazo de Cha Eui-jae y se aferró a él como un koala. Después de un momento de silencio, Cha Eui-jae preguntó:

“Ese otro ‘tú’ me dijo que fuera a la mazmorra. ¿Qué crees que significa eso?”

“¿Eh? ¿Qué quieres decir? Probablemente solo quiso decir… ¡ve a la mazmorra!”

“…”

¿Debería quitármelo de encima o no? Cha Eui-jae apretó su brazo en una amenaza silenciosa. Al sentir la tensión, Hong Ye-seong añadió rápidamente:

“Bueno, quiero decir, tal vez haya un significado más profundo…?”

Sus ojos giraron antes de que esbozara una gran sonrisa.

“¡Pero no tengo idea! ¡Supongo que lo sabremos cuando lleguemos!”

“Hah…”

Cha Eui-jae dejó escapar un profundo suspiro. Justo entonces, el sonido de una tela moviéndose rompió el silencio. Bajo la tela negra, Lee Sa-young se movió lentamente.

Cha Eui-jae empujó rápidamente a Hong Ye-seong a un lado y se levantó de un salto. Hong Ye-seong dejó escapar un pequeño grito mientras se giraba. Cha Eui-jae retiró un poco de la tela que cubría su rostro. Su delicada tez pálida ahora tenía un poco de color. Sus párpados temblaron, y luego se abrieron lentamente.

“…¿Hyung?”

“…Sí.”

Cha Eui-jae extendió la mano y la colocó sobre sus ojos.

“Estoy aquí.”

“…”

Sus labios resecos apenas se movieron. Parecía estar intentando decir “Está bien.” Su corazón acelerado comenzó a calmarse. Cha Eui-jae cerró los ojos, inclinando ligeramente la cabeza, sintiendo su piel fría calentarse bajo su toque.

***

Jung Bin extendió la mano al aire. Cenizas blancas se posaron en su palma abierta. A diferencia de la nieve, que se derrite con el tiempo, las cenizas permanecen: solo siguen acumulándose. Un día, cubrirían todo el mundo. Un compañero que estaba a su lado murmuró preocupado.

“Estuvo calmado por un tiempo, y ahora las cenizas han vuelto…”

No era una buena señal. Jung Bin tragó las pesadas palabras que quería decir, sin querer aumentar la ansiedad de nadie. Probablemente todos ya sentían la inquietud.

“¿Le gustaría un paraguas, líder de equipo?”

“Oh, sí. Gracias.”

En lugar de expresar su preocupación, Jung Bin ofreció una suave sonrisa. Su compañero le entregó un largo paraguas, y Jung Bin abrió la cubierta negra. Para ese momento, las cenizas blancas se habían posado silenciosamente, formando ya una delgada capa visible en el suelo. Se escuchó una suave tos a su lado, y Jung Bin miró al compañero que le había dado el paraguas.

“¿Te has resfriado?”

El compañero se rascó el cuello y respondió:

“No creo que sea un resfriado… Solo siento la garganta un poco irritada.”

“Cuida tu salud. La Oficina de Gestión de Despiertos tiene mucho de qué ocuparse.”

“Sí, claro.”

“Y…”

Jung Bin levantó ligeramente su manga izquierda para ver su reloj, luego miró al compañero que seguía tosiendo suavemente, dedicándole una cálida sonrisa.

“Ve a casa temprano hoy y descansa. Yo puedo encargarme de esto solo.”

“Pero…”

“Te dije, cuidarte es esencial.”

Jung Bin le dio una suave palmada en el hombro a su vacilante compañero, enviándolo de regreso hacia el edificio de la Oficina. Una vez solo, Jung Bin observó en silencio las cenizas que caían del cielo, luego dio un paso hacia adelante, adentrándose en ellas.

***

Gremio Seowon, Sala de Recepción.

Mientras la taza se llenaba hasta la mitad, un aroma fragante se esparció. El chico que servía el té dio un paso atrás y salió de la habitación. La marioneta terminaría de administrar los primeros auxilios a Lee Sa-young. Nam Woo-jin levantó su taza de té, con una expresión de irritación en el rostro.

“Apareciendo sin avisar y tomándome el tiempo. Ni siquiera te molestaste en hacer una cita.”

“No tuve elección, es urgente. Aunque informé a la Oficina de Gestión de Despiertos.”

“Si no fuera por eso, no estaría sentado aquí. ¿De qué se trata?”

La mano callosa del erudito sujetaba el asa de la taza, y sus gafas redondas brillaban bajo la luz. Ga-young, sentada en el sofá, llevaba un abrigo marrón en lugar de su bata de laboratorio habitual. Sonrió.

“Escuché que un viejo colega estaba aquí, y tengo una propuesta para ti, Doctor.”

Ga-young tomó un sorbo y, con gracia, dejó su taza y le dedicó una suave sonrisa.

“Quiero trabajar contigo. Para enfrentar el apocalipsis.”

“Ja, ¿quién crees que causó el apocalipsis? Tienes el descaro de pedirme ayuda cuando apenas tengo tiempo para dormir por el lío que has hecho. ¿Y por qué debería confiar en ti?”

“Claro, no vine con las manos vacías~ Tengo un antídoto… no, una cura para ti.”

“¿Qué?”

El ceño de Nam Woo-jin se frunció. Ga-young rió y se apartó un mechón de cabello suelto detrás de la oreja.

“Sé todo sobre esos sujetos de prueba que terminaron aquí~ Y sé que estás trabajando incansablemente para restaurarlos. Honestamente, lo admiro.”

“…”

“Pero tenemos poco tiempo, ¿no? Tienes tareas más importantes por delante. Te ofrezco ahorrarte tiempo, tiempo que podrías dedicar a esfuerzos más productivos. Como…”

Levantó un dedo.

“…Prevenir el apocalipsis.”

Nam Woo-jin se burló, apoyando su mentón en la mano.

“Hablás como si supieras cuál es el próximo apocalipsis, como si pudieras hacer algo para detenerlo.”

“¿Oh? No lo mencionaría si no lo supiera. Yoon Ga-eul-ssi está con nosotros ahora, junto con el Vidente.”

“…”

Los ojos de Nam Woo-jin se entrecerraron, sus dedos callosos tamborileando en el apoyabrazos. Ga-young se inclinó hacia adelante, susurrando suavemente.

“El próximo apocalipsis es una plaga. Una enfermedad.”

“…”

“Lo sabes, ¿verdad? Ante una enfermedad, no importa si eres joven o viejo, despierto o civil… Es un igualador.”


Comentarios

Por favor sé respetuoso y no hagas PDFs de nuestras traducciones

Options

not work with dark mode
Reset