Cazador tranquilo Chapter 284 - Girasol

 Capítulo 284

28. Intersección 

"Muere frente a mí"

La voz era tan baja que daba escalofríos. Eui-jae abrió los ojos de par en par. Aunque entendía el idioma, no pudo comprender inmediatamente lo que escuchó. Sa-young entrelazó sus dedos con los de él.

"Estaré a tu lado observando. Hasta que dejes de respirar."

"..."

"No pienses en morir solo."

Era una amenaza suave. Eui-jae no pudo decir nada, solo movió los labios, hasta que finalmente logró pronunciar la única palabra que llenaba su mente.

"¿Por qué?"

"¿Preguntas por qué?" Se escuchó una risa burlona. "Porque no quiero ser un tonto que no sabe por qué moriste."

"..."

"Y además..." Un dedo de punta roma le rascó suavemente la palma de la mano. Se oyó un ruido y luego el casco cayó al suelo con un golpe. El dulce aroma se acercó repentinamente. El suave cabello le hizo cosquillas en la sien y la oreja a Eui-jae. Su mejilla tocó la fría y lisa máscara. Junto con un pequeño susurro después de mucha vacilación:

"Estar solo es solitario."

Eui-jae no se atrevió a responder. La soledad que no había notado, el miedo a la muerte, la otra soledad impregnada en la voz, lo inundaron como una ola. En lugar de responder con palabras, la persona solitaria levantó la mano y abrazó la espalda de la otra persona solitaria.

Sa-young se acurrucó y se aferró a Eui-jae como si dependiera de él. Era extraño. Aunque su espalda era firme y ancha, se sentía como...

"..."

Como si estuviera abrazando a un niño. Como el niño que se aferraba a Eui-jae fuera todo su mundo.

Eui-jae cerró los ojos, ignorando la punzada en su nariz. El miedo a la muerte que lo dominaba pareció disiparse un poco.

En ese momento, una ventana blanca apareció en la oscuridad.

[¡Advertencia! La tasa de sincronización está disminuyendo.]

[Recalculando tasa de sincronización...]

¿Qué?

Eui-jae abrió los ojos de golpe. La tasa de sincronización había bajado. Se había alejado un paso del peligro de morir juntos. Aunque todavía no podía ver nada.

Eui-jae golpeó suavemente la espalda de Sa-young, que estaba acurrucado en sus brazos.

"Oye, oye, Lee Sa-young."

"...¿Qué pasa ahora?" Sa-young preguntó con voz irritada. Por la forma en que tensaba brazos y piernas, parecía que no tenía intención de soltarse.

Eui-jae pensó mientras sostenía a Sa-young, que se aferraba a él como un koala.

‘¿Por qué habrá bajado la tasa de sincronización?’

¿Será por Lee Sa-young? ¿Por recordar aquella época? Los recuerdos de dejar atrás a Lee Sa-young no existirían para el "J" de este mundo.

Finalmente su mente empezó a funcionar con claridad. La influencia del rasgo de <Poker Face> también parecía haberse debilitado un poco.

Eui-jae movió los dedos.

‘Tengo que hacer que baje más la tasa de sincronización.’

En el estado actual, dominado por la desesperación y el miedo de "J", no podía hacer nada adecuadamente.

Eui-jae comenzó a caminar torpemente, cargando a Sa-young que seguía aferrado a él. Sa-young, que también movía los pies, espetó con irritación:

"¿No puedes quedarte quieto? ¿Qué intentas hacer ahora?"

"Tengo una idea. Sa-young, cuéntame cualquier cosa."

"¿Cualquier cosa? ¿De qué quieres que hable?"

"De verdad, cualquier cosa está bien."

"¿Me tomas por una máquina expendedora de historias...?" Sa-young murmuró malhumoradamente, apoyando la barbilla en el hombro de Eui-jae, y luego preguntó:

"Entonces... ¿Qué harás cuando termine?"

"¿Cuando termine qué?"

"Cuando termine el fin del mundo."

Aunque fue Eui-jae quien pidió que hablara de cualquier cosa, esto era...

"¿No es un tema demasiado lejano?"

"Vinimos hasta aquí para resolver eso, así que hay que pensar en el futuro. ¿Qué harás?"

Por la forma en que insistía, parecía que no iba a cambiar fácilmente de tema. Finalmente, tuvo que pensar en una respuesta a la pregunta.

El futuro. Eui-jae pronunció la palabra en silencio, moviendo la lengua en su boca. Se sentía extraña.

Después del el fin del mundo, ¿qué estaría haciendo? Nunca lo había pensado. No, sí lo había hecho. Cuando estaba con el niño. En ese entonces, pensaba en un futuro donde curaría al niño, a Lee Sa-young, y vivirían juntos como una familia.

Pero después de la Grieta del Mar Occidental, Eui-jae ya no pudo imaginar ese tipo de futuro. Tras perder a su único ser querido, a su tía y a sus compañeros, incluso seguir viviendo parecía un lujo.

Aunque lo pensó por un buen rato, Eui-jae no pudo dar una respuesta adecuada. Por más que intentaba pensar en algo, su mente se llenaba solo de la muerte inminente y sombras ondulantes como humo.

Finalmente, Eui-jae negó con la cabeza.

"...No lo sé."

"..."

"Nunca lo he pensado."

"¿No se te ocurre nada?"

"No."

"Bueno... Me lo imaginaba."

Sa-young suspiró junto a su oído. ¿Se estaba burlando o qué? Cuando Eui-jae estaba a punto de replicar, Sa-young susurró en su oído:

"Entonces yo lo decidiré por ti."

Mientras Eui-jae se encogía por el cosquilleo en su oído, Sa-young comenzó a desplegar un gran plan:

"Primero, compramos el restaurante de sopa de resaca de la abuela."

"¿Qué?"

"Y luego lo reabrimos con tu nombre. Algo como 'Sopa de resaca de Eui-jae'."

"Wow..."

Eui-jae, que había perdido el momento de replicar, dejó escapar su verdadera opinión sin darse cuenta:

"Suena horrible."

"Mira quién habla, criticando su propio nombre... Entonces, 'Sopa de resaca de J'."

"No me gusta. Atraerá a tipos raros."

"Entonces te prestaré mi nombre. 'Sopa de resaca de Sa-young'."

"Eso sí que no atraerá ni a un solo cliente."

"Bae Won-woo vendría."

"Eso es verdad."

"Y con el dinero que ganemos del restaurante, mandamos a Haeun a la universidad y compraremos una casa."

"..."

"Ah, me gustaría una casa con una sala grande."

Eui-jae, que había estado escuchando en silencio el futuro que Sa-young planeaba, preguntó con desagrado:

"¿Por qué aparecen tus gustos aquí?"

"Obviamente porque viviremos juntos. ¿No pensarás vivir por separado, verdad?"

"..."

Algo suave tocó el hombro de Eui-jae. Parecía que Sa-young había apoyado la cabeza. Eui-jae extendió la mano instintivamente y acarició su cabello. Los finos y suaves cabellos se enredaron entre sus dedos.

Comprar el restaurante de sopa de resaca, servir a los clientes habituales, ver crecer a Haeun, vivir en la misma casa con Lee Sa-young... El futuro que Sa-young proponía era claro y fácil de imaginar. Tanto que se preguntó por qué no había podido visualizarlo antes.

[¡Advertencia! La tasa de sincronización está disminuyendo.]

[¡Advertencia! La tasa de sincronización está disminuyendo.]

[¡Advertencia! La tasa de sincronización está disminuyendo.]

"..."

"¿Qué pasa?"

"Nada."

Eui-jae también apoyó la barbilla en el hombro de Sa-young.

"Sigue hablando."

"Qué raro estás."

Se escuchó una voz mezclada con risa. Eui-jae decidió escapar. Ignoró el miedo a la muerte y huyó de los números rojos que disminuían sin cesar. Y escuchó el futuro que Sa-young describía.

No se sentía nada mal.

* * *

Tap, tap, tap...

El sonido de tres pares de pasos resonó en el amplio pasillo. Cada vez que la lámpara en sus manos se balanceaba, enormes sombras ondulaban en las paredes de ladrillo.

Las tres sombras se detuvieron poco después.

"..."

Jeongbin levantó la lámpara que sostenía. El final del oscuro y largo pasaje subterráneo estaba teñido de blanco. Los ladrillos rojos estaban cubiertos de blanco, y el suelo de concreto también estaba cubierto de cenizas blancas.

Era la erosión.

Mingi-jeok, que estaba de pie a su lado, se subió las gafas de sol.

"Ha avanzado más que antes de contactar con el jefe de equipo."

La mazmorra subterránea de Jongno 3-ga. Después de que J y Lee Sa-young entraran y se perdiera el contacto, el gremio Pado revisaba constantemente el estado de la mazmorra. Y hace unas horas, Mingi-jeok confirmó que cenizas blancas y enredaderas blancas sobresalían del portal, e inmediatamente contactó a Jeongbin.

"..."

Grrrr, el rugido de una bestia hizo eco. Jeongbin buscó el origen del sonido. Se escuchaban ruidos provenientes del puesto de control cubierto de cenizas blancas y enredaderas.

Jeongbin hizo una señal a los demás para que no se acercaran, y luego se aproximó.

En ese momento, ¡CRASH!

La pata de una bestia cubierta de pelo blanco golpeó la ventana de vidrio. Crack, crack, el grueso vidrio comenzó a agrietarse y luego, ¡CRASH! Se rompió con un sonido agudo.

Al mismo tiempo, una mano que sobresalió sobre el hombro de Jeongbin agarró firmemente la enorme pata. Una voz burlona dijo:

"Vaya~ No tiene miedo. Ni siquiera piensa en esquivar. Qué tranquilo frente a un monstruo."

Jeongbin miró de reojo a su lado. Gyu-gyu, Ban Gyumin, lo miraba con una sonrisa burlona. Jeongbin respondió con una sonrisa amable mientras se sacudía los fragmentos de vidrio de la chaqueta.

"Ja, ja, si alguien lo escuchara, pensaría que soy un funcionario incompetente que ni siquiera puede manejar un solo monstruo."

"¿Oh? ¿No es así?"

"Puedo soportar esto sin problemas. Y también podría haberlo esquivado. Entonces..."

Jeongbin se deslizó ágilmente bajo el brazo que sostenía al monstruo. Luego sacó una pequeña libreta y una pluma estilográfica del bolsillo interior de su traje.

"Ya que lo tiene bien agarrado, manténgalo así. Tengo algo que verificar."

"Ehhh."

"Señor Pequeño Milagro Mingi-jeok, ¿trajo la cámara?"

"Sí. ¿Quiere que tome fotos?"

"Por favor."

Click, click, el flash de la cámara se disparó. Jeongbin examinó la forma del monstruo. Todo su cuerpo estaba cubierto de pelo blanco, y su forma se asemejaba más a un humano que a un animal. Si tuviera que clasificarlo, sería del tipo yeti. Viendo los jirones de ropa y el teléfono roto a su alrededor...

"Parece que un pobre humano se transformó sin poder escapar~"

"..."

En ese momento, se vio un color azul brillante entre el pelo. Jeongbin quitó los fragmentos de vidrio que quedaban en el marco y extendió la mano hacia el cuello del yeti, apartando el pelo. Apareció una credencial de funcionario atada a un cordón azul, enterrada en el grueso pelaje. Aunque no se podía leer completamente debido a las manchas blancas, cinco caracteres eran claramente visibles:

[Oficina de Gestión de Grietas]

"..."

Fue entonces cuando sucedió. Sssshh... Las enredaderas blancas que cubrían los ladrillos rojos comenzaron a extenderse.