CapÃtulo 287
28. Intersección
"¡Señor Lee Sa-young! ¿Qué ha pasado...?"
Jeong-bin, que habÃa llegado corriendo, jadeó profundamente.
Sa-young sostuvo cuidadosamente la mano de Eui-jae. Sus uñas estaban destrozadas. ¿Cuánto habrÃa arañado el suelo? Las uñas estaban rotas y la piel desollada, dejando ver sangre. Sa-young observó el desorden a su alrededor. Sangre y marcas de manos en el suelo de madera y los libros esparcidos, junto con un lÃquido translúcido de origen desconocido. Sa-young sabÃa lo que era. La memoria de "él" se lo estaba diciendo.
"¡Llamaré a un médico!"
Se escucharon pasos alejándose rápidamente.
Sa-young no podÃa abrazar fuertemente a Eui-jae, pero tampoco podÃa dejarlo en el suelo. SabÃa que serÃa mejor mantener distancia, pero no se atrevÃa a soltarlo. Sa-young le frotó la mejilla húmeda con el dorso de la mano. Aunque estaba inconsciente, su respiración seguÃa siendo irregular. Sa-young escuchó atentamente los latidos del corazón de Eui-jae. Eran demasiado rápidos.
"...Hyung."
Cha Eui-jae habÃa extendido su mano hacia el vacÃo. Su mano y su mirada apuntaban a algún lugar que no era Lee Sa-young. ¿HabÃa visto algo más? No. Sa-young lo vio claramente. Sus ojos negros vagaban inquietos por el vacÃo, incapaces de encontrar un punto fijo.
'No puede ver', pensó Sa-young apretando los dientes. El cabello gris de Eui-jae parecÃa blanco bajo la luz.
'¿Desde cuándo?'
¿Desde cuándo habÃa tenido problemas de visión? ¿HabÃa ocurrido algo asà antes? Sa-young intentó recordar, pero no obtuvo ninguna respuesta de esos recuerdos que no le pertenecÃan.
'Nunca habÃa pasado esto'.
Cha Eui-jae nunca habÃa mostrado tal debilidad, por muy enfermo que estuviera.
La cabeza de Sa-young daba vueltas. Hasta ahora todo habÃa estado bien. Seguramente, todo habÃa ido bien.
Cha Eui-jae, aún inconsciente, jadeaba y temblaba. A veces parecÃa recuperar la conciencia y se movÃa bruscamente, como intentando escapar de Sa-young, pero éste lo detenÃa con sus brazos. No podÃa dejarlo huir.
Finalmente, Cha Eui-jae se acurrucó agarrando el cuello del abrigo. Las lágrimas acumuladas en sus pestañas empapadas caÃan sobre los pantalones de Sa-young.
Sa-young retiró la mano con la que iba a secarle las lágrimas. En ese estado, no serÃa extraño que dejara de respirar al mÃnimo contacto.
"¿Está recuperando la conciencia?" Un temblor sacudió los hombros de Eui-jae. Su respiración se volvió aún más agitada. Un sollozo ahogado escapó de sus labios.
Sa-young reprimió el deseo de abrazar ese cuerpo tembloroso. En su lugar, apretó el puño contra el suelo.
"Intenta respirar más despacio. Estás respirando demasiado rápido."
"..."
"Inspira... y exhala..."
El torso se movió lentamente siguiendo la voz grave. Sa-young lo elogió suavemente.
"Muy bien. Sigue asÃ."
"..."
¿Cuánto tiempo habÃa pasado? Poco a poco, su respiración fue recuperando su ritmo normal. El llanto también disminuyó. La mano que agarraba el cuello del abrigo se aflojó gradualmente.
Sa-young, con la cabeza inclinada, observaba fijamente la coronilla gris.
"No sueltes mi mano..."
"..."
"¿A dónde crees que vas? Una persona que ni siquiera puede ver."
El movimiento inquieto cesó. Probablemente pensaba que lo habÃan descubierto. Era obvio lo que estaba pensando.
Sa-young echó la cabeza hacia atrás con un suspiro. Si no estuviera sufriendo, lo habrÃa interrogado más, pero le parecÃa cruel atormentar a alguien que temblaba de miedo y dolor.
Finalmente, en lugar de regañarlo, Sa-young habló con suavidad:
"Lo ocultaste muy bien, ¿verdad?"
Por supuesto, no pudo evitar el sarcasmo y las quejas que siguieron:
"¿Tan difÃcil era decir que no podÃas ver? ¿No puedes ser un poco más sincero?"
Sa-young cerró los ojos y volvió a suspirar. En momentos como este, sentÃa que se le revolvÃa el estómago. ¿Por qué tenÃa tantos secretos? ¿Qué daño harÃa ser un poco más honesto?
En ese momento, se escuchó un murmullo muy débil.
"...Tengo miedo."
Lee Sa-young miró a Eui-jae con los ojos muy abiertos. Cha Eui-jae habÃa dicho que tenÃa miedo. ¿De qué?
… Una respuesta rondaba su mente. Sa-young, tras dudar un momento, preguntó con cautela. Su puño se tensó.
"¿De mÃ?"
Cha Eui-jae no respondió. En su lugar, negó con la cabeza.
Ah. Qué alivio. Toda la tensión abandonó su cuerpo. Una sensación de alivio lo invadió desde los dedos de los pies. Sa-young relajó el puño.
Cha Eui-jae, tras tomar aire varias veces, finalmente continuó hablando.
"...No quiero."
"¿Eh?"
La mano que agarraba el cuello del abrigo se tensó. Cha Eui-jae, con voz temblorosa, pronunció cada sÃlaba con fuerza.
"No quiero morir."
"..."
"No quiero morir..."
La mano que agarraba el cuello del abrigo se aflojó. Al mismo tiempo, la cabeza de Eui-jae cayó hacia adelante. Sa-young rápidamente la sostuvo con el borde de su propio abrigo.
Observó aturdido el rostro del joven agotado de tanto llorar.
Siempre habÃa actuado como si no le importara nada. Incluso cuando se apuñaló a sà mismo, no mostró ni un atisbo de duda. Actuaba como si estuviera dispuesto a hacer cualquier cosa para salvar el mundo.
'Y ahora dice que no quiere morir.'
Cha Eui-jae parecÃa más joven de lo que era. De ninguna manera aparentaba tener 28 años. Mucha gente lo confundÃa con alguien de poco más de 20.
Sa-young se dio cuenta de repente. El Cha Eui-jae que le habÃa prometido volver probablemente tenÃa este mismo aspecto.
20 años. Una edad demasiado joven para morir.
Se escucharon pasos apresurados acercándose.
"¿Qué demonios ha pasado...?"
Nam Woo-jin se detuvo en seco. Probablemente él también lo habÃa visto. Las manchas de sangre esparcidas por el suelo y el lÃquido blanco translúcido.
Sa-young se quitó con los dientes el guante de la mano con la que habÃa sostenido la mano de Eui-jae. Se lo arrojó a Nam Woo-jin.
Con la mano desnuda en el bolsillo del abrigo, Sa-young dijo:
"Ese lÃquido. ¿No se parece a la sangre de los monstruos mutados?"
"¿Quién lo ha derramado?"
"Esta persona." Sa-young señaló a Eui-jae con un gesto de la barbilla.
Nam Woo-jin tragó saliva. Levantó la manga de Eui-jae y clavó una jeringa en la piel expuesta. Al principio, la jeringa se llenó de sangre roja, pero poco a poco se fue mezclando con un lÃquido blanco translúcido.
Nam Woo-jin abrió los ojos de par en par.
"...Esto es..."
Y entonces, el tiempo se detuvo.
"¿Qué? ¿Por qué se ha callado...?"
Para ser más precisos, todos excepto Lee Sa-young se habÃan quedado inmóviles como estatuas. Nam Woo-jin estaba congelado sosteniendo la jeringa, y Jeong-bin se habÃa quedado parado con una expresión de preocupación.
Sa-young miró a su alrededor frunciendo el ceño. Reinaba un silencio absoluto.
"¿Qué demonios está pasando ahora?"
Sa-young sacudió suavemente a Eui-jae, que estaba apoyado en su pecho. Al ver que fruncÃa el ceño, parecÃa que no se habÃa quedado rÃgido como los demás.
Sa-young sacó el teléfono móvil del bolsillo. ¿FuncionarÃa el teléfono en esta situación? Buscó en la agenda el número de Honeybee.
En ese momento, el teléfono sonó.
[Wasp]
"Hablando del rey de Roma." Sa-young soltó una risa seca y pulsó el botón de responder.
Una voz estridente estalló al otro lado del teléfono.
―¡Oye! ¿Ahà estáis bien? ¿Se ha conectado la llamada?
"SÃ. Por cómo me has llamado tan apresuradamente, supongo que por tu lado también pasa algo raro."
―Raro es quedarse corto. ¡Todo el mundo se ha quedado petrificado! Parece que el mundo entero se ha estropeado. ¿Qué has hecho? ¡DÃmelo sinceramente!
"Si hubiera hecho algo, al menos no me sentirÃa indignado."
Sa-young respondió con tono de queja. Sujetó el teléfono entre el hombro y la oreja, y movió el brazo de Eui-jae para sacar la aguja que aún estaba clavada. Se formó una gota de sangre. Sa-young se levantó, acomodando mejor a Eui-jae que se retorcÃa en sus brazos.
"Ha ocurrido de repente. Yo tampoco sé la causa."
―Entonces, ¡cuéntame al menos lo último que pasó!
"..."
Sa-young miró a Eui-jae en sus brazos. Lo último que habÃa pasado. Nam Woo-jin habÃa extraÃdo sangre de Cha Eui-jae y se habÃa dado cuenta de algo. Y en ese momento, el mundo se detuvo.
Sangre blanca. Cha Eui-jae estaba mutando.
'¿Por descubrir que está mutando?'
Este mundo está reconstruido a partir de recuerdos. Entonces, ¿qué pasarÃa si ocurriera algo diferente a los recuerdos que componen el mundo? ¿Y si ese evento fuera tan grande que el mundo no pudiera asimilarlo?
… Aún faltaba información. Sa-young cambió de tema.
"¿Tú no has hecho nada?"
―Hmph, yo soy inocente. Estaba comiendo galletas con Matthew.
"Ah... Qué vida tan relajada llevas."
―¿PodrÃas llamarlo recopilación de información? Estaba memorizando todas las grietas y mazmorras generadas hasta ahora.
"Ah, ya veo."
―En fin, ¿dónde estás ahora? ¿En el gremio Seowon?
"SÃ, ven para acá."
―...De acuerdo, iré enseguida.
La llamada se cortó. Sa-young observó a las personas que seguÃan petrificadas. Una gota de lÃquido blanquecino caÃa de la punta de la aguja de la jeringa.
Sa-young frotó su cabello contra el de Eui-jae, que llevaba en brazos. En ese momento, apareció una ventana de sistema blanca. Parpadeaban letras rojas.
[Error detectado.]
[Analizando la causa...]
[...Análisis de la causa completado.]
[Error: Se ha producido un fenómeno que contradice los recuerdos registrados.]
[Error: Los individuos Nam Woo-jin y Jeong-bin desconocen el hecho de la mutación del individuo Cha Eui-jae.]
[...Eliminando la causa del error.]
Un cÃrculo blanco apareció en el aire. De repente, unas manos blancas surgieron del cÃrculo.
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