Cazador tranquilo Chapter 326 - Girasol

 Capítulo 326

34. Ojo

―Última hora. Tras el Día de la Grieta, los White Holes que se observaban en todo el mundo han desaparecido simultáneamente…

La voz del presentador salía del móvil de Kang Jisoo. Los cazadores no podían apartar la vista del cielo. Había estado allí desde que aparecieron los Despertados, y era la prueba del mundo cambiado.

¿Había ocurrido un milagro?

No.

"No puede haberse desvanecido así…", murmuró Eui-jae, y varios cazadores asintieron en señal de acuerdo. Bae Wonwoo se frotó la barbilla.

"¿Estará pasando algo más? Pero no he oído que nadie haya hecho nada…"

"¿No será que Prometeo ha vuelto a hacer de las suyas?"

"Ni los cazadores se atrevieron a tocar los White Holes. ¿Cómo los habrían eliminado ellos?"

"Son los que provocaron el apagón masivo y adelantaron el fin del mundo, ¿qué no podrían hacer?"

"Eso es cierto sí, pero…"

El ambiente se sentía extrañamente inquieto. Eui-jae reprimió la sensación de ansiedad y habló:

"Primero, salgamos afuera. ¿No han contactado otros gremios o países?"

"Sí, parece que los países también están tratando de entender la situación. En el chat de los rankers han pedido que cada uno espere en su posición. Aunque es algo no oficial."

"Bueno, no vamos a quedarnos aquí mirando el cielo, ¿no? Como dice J, salgamos al menos hasta la entrada del edificio. Así comprobamos cómo están las personas en la calle."

Cuando Kang Jisoo hizo un gesto, los cazadores la siguieron uno a uno. Eui-jae fue el último en quedarse junto a la ventana, observando el cielo gris.

‘¿Por qué me siento tan inquieto?’

Se apretó el pecho con el puño, donde el corazón latía rápidamente.

Frente al edificio del gremio Wave ya había una multitud. Había cazadores que habían bajado de arriba, y también civiles haciendo una larga fila. Bae Wonwoo, con sus manos enormes como tapas de olla, ya estaba organizando el tráfico.

"El refugio del gremio Wave es por aquí. ¡Chicos! ¡Guíen a la gente! Si pasa algo, nosotros los protegeremos, así que no se preocupen. ¿Sí? Todavía estamos evaluando la situación, entiendo perfectamente que estén inquietos…"

"J."

Kang Jisoo, que esperaba dentro de la puerta, tiró del brazo de Eui-jae y susurró:

"Si sales delante de toda esa gente, se va a complicar todo, ¿sabes? Como una estrella popular. ¿Quieres ponerte una máscara antigás?"

"Pero con esta ropa…"

"Claro que tenemos capas o túnicas de sobra. ¡Mingijeok!"

"Ya lo tenía preparado, cliente."

Mingijeok, asomando la cabeza desde la sombra de Eui-jae, se incorporó y ofreció cortésmente una capa negra doblada y una máscara antigás encima.

"Póngaselo, por favor."

"¿Por qué tenías esto preparado?"

"Siempre hay que estar preparado para todo, esa es mi regla. Además, la máscara tiene función de distorsión de voz."

Aunque parecía absurdo, era útil. Eui-jae se cubrió la cabeza con la capa negra y se tapó la cara. Luego se quitó la máscara y se puso la antigás. Se escuchó el sonido de la respiración. Mingijeok, que había salido de la sombra, ajustó la capa con cara satisfecha.

"No es un gran objeto, pero ayuda a reducir la presencia del usuario, así que te será útil.'"

‘Ya tengo una habilidad para ocultar mi presencia…’

Pero decidió no decirlo, ya que Mingijeok parecía muy orgulloso. Eui-jae asintió.

"Gracias."

"No hay de qué."

Mingijeok sacó otra capa y máscara y se las ofreció a Gaeul.

"Señorita Gaeul, póngaselas también."

"¿Yo también?"

"Escapó de Prometeo, así que no debe mostrar su rostro."

"Cierto… Muchas gracias."

Gaeul también se cubrió con la capa y se puso la máscara. Kang Jisoo, que observaba la calle con mirada aguda, señaló afuera con el pulgar.

"¿Ya terminaron de cambiarse? Hay mucha gente afuera, así que cuidado. Veo gente vestida de blanco, parece que también vinieron los fanáticos de la secta de Prometeo."

Gaeul tragó saliva, nerviosa. Kang Jisoo abrió la puerta y bromeó:

"¿No confián en nosotros, cierto? Con tantos rankers que tenemos aquí, y temen que no podamos proteger ni a uno solo de vosotros."

"¡Sí, yo confío en ustedes!"

"Bien, bien~, ¡vamos!"

Cuando se abrió la puerta, una ráfaga de aire tibio entró. Las voces bulliciosas se hicieron más fuertes: voces que expresaban ansiedad, que rezaban en voz baja, que temblaban de miedo. La gente seguía las indicaciones de los miembros del gremio hacia algún lugar. Antes de que Eui-jae pudiera preguntar, Kang Jisoo, arreglándose el cabello, explicó:

"Los gremios de cierto tamaño tienen que construir refugios junto con sus edificios. Los monstruos atacan escuelas, hospitales, oficinas, lo que sea. El refugio del gremio con cazadores es el lugar más seguro."

"Ah, claro."

"Bueno… como el espacio es limitado, no podemos recibir a todos. Primero aceptamos a ancianos, niños y vecinos del gremio, con identificación. ¡Eh! ¿Cuánto se ha llenado?"

"¡Una quinta parte! ¡Aún hay espacio!"

"¿Será porque no hemos declarado estado de emergencia? No ha venido tanta gente. Revísalo periódicamente y avisa a Bugiljjang."

"¡Sí, entendido!"

En ese momento, un pequeño grito surgió entre la multitud. Los cazadores pusieron la mano en sus armas y buscaron el origen. No había presencia de monstruos. Entonces, ¿qué era?

Por el pasillo que abría la gente, algo blanco y brillante corría hacia ellos. Eui-jae fue el primero en reconocerlo.

"¿Kkoko?"

"¡Kkok, kkoko!"

Agitando las alas, Kkoko voló hacia Eui-jae, quien lo atrapó en el aire para evitar que se rompiera al chocar contra su pecho. Kkoko aleteaba y pataleaba.

"¡Kkoko! ¡Cálmate!"

"¡Kkoooook!"

Sus ojos negros se llenaron de lágrimas.

‘¿Está llorando?’

Kkoko dejó caer lágrimas mientras lloraba largo rato. De repente, Eui-jae se vio convertido en la persona que sostenía un pollo llorando. Miró a su alrededor, todos estaban desconcertados. Entonces sintió vibrar el bolsillo del pantalón. Era una llamada. Sosteniendo a Kkoko con un brazo, sacó el móvil y contestó sin mirar el remitente.

"¿Hola?"

—J, soy Jeongbin. Me pongo en contacto contigo porque vi que no no revisabas el chat de los rankers. ¿Dónde estás ahora?

"En el gremio Wave. Gaeul también está aquí. ¿Qué ocurre?"

—¿Y Yoon Gaeul también? Entonces…

Jeongbin suspiró al otro lado.

—No podemos contactar con Hong Yesung.

"¿Eh?"

Eui-jae miró a Kkoko, que seguía llorando con la cabeza en alto, empapando la manga de su ropa.

—Quería hablar con él sobre esto, pero no responde. Los cazadores que dejamos cerca de su casa intentaron entrar, pero los talismanes no reaccionan.

"¿Hong Yesung cambió el método de entrada por su cuenta…?

—No, por contrato no puede hacer eso. ¿Ocurrió algo en el lugar donde estaba Yun Gaeul?

Recordó el aula que se derrumbaba, el techo colapsando, revelando un vacío.

Si a Hong Yesung, el creador, le había pasado algo y por eso se derrumbó…

"El aula se derrumbó. Por eso saqué a Gaeul, y Kkoko también acaba de llegar aquí."

—…Temía lo peor.

"…"

—Parece que le ha pasado algo a Hong Yesung.

La voz de Jeongbin se volvió grave. Eui-jae fingió abrazar a Kkoko y lo examinó. No tenía heridas, pero la planta de sus tres dedos estaba…

Roja.

"Kkoko, esto…"

En ese momento.

¡Boom…!

Una sensación escalofriante recorrió todo su cuerpo.

Un miedo que el alma recordaba.

Uno a uno, alzaron la vista al cielo. Los que hacían fila para entrar al refugio, los cazadores que los guiaban, Bae Wonwoo con su tablet… todos.

Y,

"……."

Cha Eui-jae también levantó la cabeza.

En el cielo gris había aparecido un círculo negro. O mejor dicho, había regresado. Siempre había estado allí.

Eui-jae no podía apartar la vista de “eso”. Una ráfaga de viento con ceniza le despeinó el cabello. Su pelo, mezcla de ceniza y plata, ondeaba. Le temblaban los dedos. El corazón latía rápido.

Cha Eui-jae comprendió qué era “eso”.

¿Habían desviado el ojo del apocalipsis a otro lugar? No, eso era solo arrogancia humana.

“Aquello” apareció en este mundo cuando surgieron los monstruos y el sistema…

El círculo negro empezó a blanquearse desde abajo.

Como si abriera el ojo.

Pronto, el círculo negro se volvió completamente blanco. El remolino blanco se movía ligeramente en todas direcciones.

El ojo se abrió. Observaba todo.

Desde que el mundo destruido al que Lee Sa-young se aferraba desapareció, sin cesar.

"……."

Eui-jae tragó saliva. Su instinto gritaba.

Es eso.

Esa es mi presa.

¡La presa que fallé en cazar dos veces!

¡Debo matarlo!

Sus miradas se cruzaron. No era solo una sensación, era real.

El ojo blanco, no, el ojo, se curvó como una luna creciente.

Como si lo desafiara.