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Cazador tranquilo Chapter 327


 Capítulo 327

34. Ojo

Laboratorio de Nam Woojin, gremio Seowon.

Cof, cof. Sus hombros demacrados temblaban. Nam Woojin, jadeando, apartó la mano que cubría su boca. Estaba completamente empapada de sangre roja. El chico que estaba a su lado le tendió una toalla húmeda.

"Aquí tiene la toalla, maestro. ¿Quiere que le prepare agua para enjuagarse la boca?"

"Ah... sí. Déjala ahí."

"Entendido, maestro. ¿Puedo informarle sobre el White Hole y sobre el cazador Hong Yesung?"

"...Habla."

"El White Hole ha desaparecido del cielo. Además, el cazador Hong Yesung está en paradero desconocido y el espacio que creó también colapsó. La Agencia lo considera desaparecido y está rastreando pistas."

"Espera, ¿qué has dicho?"

Dejó caer la toalla ensangrentada que dejaba ver su cuerpo esquelético. El chico lo miró fijamente y respondió.

"El sello que contenía el apocalipsis se ha roto, maestro. También ha aumentado considerablemente el número de informes sobre mutantes en diferentes lugares."

"¡Maldita sea!"

Nam Woojin soltó una maldición y se giró bruscamente. Pero su cuerpo demacrado perdió el equilibrio y se tambaleó. Se sostuvo en la esquina del cajón y cayó de rodillas. El chico lo ayudó a incorporarse.

"Tenga cuidado, maestro. Su cuerpo está muy debilitado."

"¡Cállate! ¡Mi cuerpo no importa! ¡Debo conseguir la vacuna ya...!"

"No, maestro."

En los ojos verdes y cristalinos del chico se reflejaba la figura demacrada de Nam Woojin. Entonces, la pequeña mano del chico golpeó con precisión la nuca de Woojin.

"¡Argh...!"

El cuerpo delgado perdió el equilibrio y cayó hacia adelante. Antes de que su rostro tocara el suelo, el chico lo sostuvo. Los ojos, entrecerrados y blancos, intentaron mirarlo con furia.

"Tú... ahora... ¿qué...?"

"Lo siento, no pude dejarlo inconsciente de inmediato por mi inexperiencia."

"¿Qué estás haciendo...? ¡Esto es desobedecer órdenes!"

La mano descarnada de Woojin agarró con dificultad el cuello del chico. Pero el chico, aunque estaba siendo sujetado, respondió con calma.

"No, no es desobediencia, maestro."

"¿Qué...?"

"Como bien sabe, su salud está en un estado crítico. Consideré necesario que pase por un proceso de recuperación de fuerza y salud."

"¡Cállate!"

"La orden que usted me dio fue estar siempre de su lado y dedicarme a usted. Y además…"

La mano fría y pequeña sostuvo la mano demacrada. Los ojos inexpresivos parpadearon.

"La orden de mi creador es protegerle, maestro. Cueste lo que cueste, haga lo que haga."

"……."

"Debo eliminar cualquier cosa que le haga daño. Incluso si eso es…"

Los ojos, quemados y blancos, desaparecieron lentamente tras los párpados. El chico, escuchando la respiración cada vez más tranquila, terminó su frase.

"Incluso si ese daño se lo hace usted mismo."

"……."

El chico le quitó con cuidado las gafas torcidas y susurró en voz baja.

"Descanse profundamente, maestro."

* * *

Silencio.

Nadie se atrevía a abrir la boca.

Era solo una “mirada”. Pero solo con eso, era difícil hasta respirar. Algunos de los que miraban al cielo cayeron al suelo. Otros, incapaces de soportar la presión, vomitaban, gritaban con los ojos cerrados o soltaban espuma por la boca.

Almas que han vivido dos apocalipsis. El miedo grabado en el alma.

Ni siquiera los cazadores podían moverse. Se quedaron petrificados, como si estuvieran atrapados en el lugar.

Sin embargo,

Había alguien que caminaba solo.

La capa negra ondeaba.

Eui-jae se arrodilló junto a una persona que espumaba por la boca y le aseguró las vías respiratorias. Tras unos primeros auxilios rápidos, sostuvo el móvil entre el hombro y la oreja y habló.

"...Jeongbin."

Eui-jae volvió a mirar al cielo.

Eso seguía observando.

A Cha Eui-jae.

"White Hole, es un ojo."

—…….

"Hasta ahora, no tenía propósito ni conciencia... Solo estaba abierto, mirando. Como una cámara de vigilancia."

—¿Entonces ahora tiene un propósito?"

"...Probablemente."

Eui-jae se puso de pie. Las piezas dispersas en su mente empezaron a encajar.

‘Por eso no había black holes ni white holes en las mazmorras.’

Ya no hay necesidad de vigilar un mundo que ya ha sido destruido.

"Voy a colgar un momento, Jeongbin."

El corazón le latía rápido. ¿Miedo? No. Era otra emoción la que se agitaba dentro de él. Desde que se cruzó con ese ojo con conciencia, su alma se retorcía.

¿Terror?

No.

Era algo más intenso. Eui-jae se llevó la mano al pecho. En ese momento, algo le pinchó el tobillo. Era Kkoko, a quien había dejado antes para hacer los primeros auxilios.

"¿Kkoko? ¿Quieres que te sostenga otra vez?"

"¡Kkok!"

Kkoko negó con fuerza y corrió hacia el edificio del gremio Wave. Luego, miró a Eui-jae, como si le indicara que lo siguiera.

"……."

¿Tendrá algo que contarme sobre Hong Yesung? Eui-jae miró a las personas que seguían mirando al cielo, petrificadas, y luego salió corriendo tras Kkoko.

Kkoko, incansable, subió saltando las escaleras de emergencia hasta el piso de la sala de reuniones. Se coló por una puerta entreabierta y se sentó sobre la mesa donde estaba bajada la pantalla del proyector.

"¿Por qué aquí?"

"Kkok."

Kkoko abrió el pico. De su interior salió una luz blanca que se proyectó como un proyector sobre la pantalla. Euijae observó atónito el vídeo.

Un taller desordenado lleno de herramientas y materiales, Hong Yesung recogiendo cosas del suelo, y...

Cha Eui-jae mirando hacia la puerta.

Era una escena familiar. Un paisaje visto alguna vez.

Caía ceniza blanca. Sobre ella, un remolino blanco cubría casi todo el cielo.

Eui-jae lo recordó de inmediato. Era el recuerdo de la Mazmorra Conmemorativa donde fue a salvar a Gaeul, el final del primer mundo, justo antes del apocalipsis.

¿No era ahí donde terminaba? Antes de poder hacerse más preguntas, “Cha Eui-jae” empezó a moverse. Parpadeando con los ojos hinchados y rojos, se agachó para recoger cosas caídas. Hong Yesung, con los brazos llenos de trastos, preguntó:

"¿Cuántos recuerdos vas a dejar?"

La voz era más clara que la que escuchó en la Mazmorra Conmemorativa. “Cha Eui-jae” se encogió de hombros.

"Los que pueda."

"¡¿Cuánto más vas a exprimir de mí?!"

"Tranquilo. Te daré tiempo para que lo hagas."

"¿Darme tiempo? ¿Cómo? Dijiste que ibas a retroceder el tiempo."

Hong Yesung disparó preguntas. “Cha Eui-jae”, dejando los trastos sobre la mesa, respondió.

"¿Por qué te has vuelto tan tonto de repente? Hay que intentar todo lo posible antes de retroceder, ¿no crees?"

"Vaya, no lo puedo creer. ¡Tú mismo dijiste que habías llegado al límite! ¡Que no había tiempo!"

"Voy a aguantar hasta el límite del límite. Hay que intentar todo lo posible."

“Cha Eui-jae” sacó un cigarrillo doblado de su inventario, lo puso en la boca y trató varias veces de encenderlo con un mechero que apenas funcionaba. Se sentó en el borde de la mesa y exhaló una larga bocanada de humo.

"Si veo que no hay manera, usaré el reloj."

"¿Y si mueres antes de usarlo? ¿No sería mejor usarlo ahora?"

"Quién sabe. Puede que consiga hacerle un rasguño con mi lanza."

Hong Yesung, inquieto, caminaba de un lado a otro del taller. Mordiéndose el pulgar, preguntó con cautela:

"No te estarás rindiendo, ¿verdad? No vas a suicidarte, ¿no? No puedes hacer eso, ¿eh? No puedes desperdiciar tu vida."

"¿Suicidarme? ¿Te parece que yo haría algo así?"

A través del humo, brilló un destello azul. “Cha Eui-jae” rió, sacudiendo los hombros. Giró la cabeza y murmuró con la cabeza ladeada.

"Aún no me conoces bien…"

“Cha Eui-jae” extendió la mano hacia la puerta abierta. La ceniza flotante rozó su mano ensangrentada.

"Prefiero vivir miserablemente antes que morir."

"……."

"Mientras esté vivo, siempre habrá una oportunidad."

"No parece algo que diría alguien que va a morir."

"Bueno, hay momentos en los que no se puede huir." Apareció una leve sonrisa en su rostro. "Este es uno de esos momentos."

"……."

"Y además…"

Crash. Se tronó los dedos.

"Tengo que matar a ese bastardo. Nada de suicidios."

"¿Eh?"

"Se atrevió a tocar a Lee Sa-young." La voz tranquila continuó. Sus ojos azules brillaron con frialdad. "Voy a saldar esa deuda."

Hong Yesung frunció el ceño, incrédulo. Mirando la cesta de piedras mágicas, murmuró:

"¿No es una razón demasiado egoísta para el sacrificio de un héroe?"

"¿Quién dice que el sacrificio solo puede tener una razón? Además, nadie sabrá de la pequeña venganza de una sola persona."

"Definitivamente no naciste para vivir tranquilo."

Eui-jae sonrió y se llevó el dedo índice a los labios.

"Esto es un secreto." La sonrisa se desvaneció como la niebla. "Porque somos amigos."


Comentarios

  1. Ahhhhh que desgarrador, siempre acompañandose hasta el final. Ojalá y lo logre esta vez, por favor. Muchas gracias por la traducción.

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  2. "Porque somos amigos" nooooo😭😭😭😭😭 yo aún tengo fe de que Hong Yeseong no esté muerto 🥹... Dios mío, que tengan su final feliz porfavor 😓😔

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  3. Ojalá la autora nos tenga piedad. 😭 Parece que nos odia. Por favor, que Yesung siga vivo. 😭 Todavía nadie se entera sobre su fallecimiento y me está doliendo. ¡Gracias por la traducción!

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  4. AAAAYYYYY. AAAAAAAAAHHHH 😭😭😭😭

    "Definitivamente no naciste para vivir tranquilo". LA NOVELAAA

    "Porque somos amigos"

    AAAHHHH, MI NIÑOOO 😭😭😭

    GRACIAS POR LA TRADUCCIÓN 🫂🫂💓😭


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  5. muchas gracias por la traduccion.
    espero ya pronto algo bueno pase TuT

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  6. No estoy soportando, a este paso me voy a suicidar o en el psiquiatra 😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭😭

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