CapÃtulo 333
34. Cuenta atrás
¡Puf!
La lanza lanzada con fuerza atravesó a varios de un solo golpe. Eui-jae pateó ágilmente al monstruo que lo atacaba por detrás. El monstruo salió volando y se estrelló contra la pared, emitiendo un grito extraño. Sin detenerse, lanzó un puñetazo. El crujido de huesos y carne triturada se escuchaba nÃtidamente. Eui-jae echó la cabeza hacia atrás para evitar la sangre blanca que caÃa. Una gota de sudor frÃo le resbaló por la barbilla.
‘Esto no tiene fin…’
Por cada monstruo que mataba, venÃan diez más; por cada diez, cien se abalanzaban. Eui-jae echó una mirada al White hole sobre su cabeza. SentÃa una mirada clara. Lo estaba observando. Y los monstruos se agrupaban a su alrededor.
‘Como pensaba…’
El objetivo soy yo.
Desde que se dio cuenta de eso, Eui-jae comenzó a alejarse poco a poco del refugio. Pero no era fácil moverse llevándose a los monstruos. Gente, gente, gente. HabÃa personas por todas partes. Eui-jae saltó y arrancó la lanza de los cadáveres de los monstruos.
“…Ugh.”
De repente, la visión se le nubló. Monstruos que caÃan sin cesar. Combate interminable. El paisaje a su alrededor se tornó completamente blanco. Eui-jae se agarró la máscara. SentÃa náuseas. Ajustó la lanza, resbaladiza por el sudor frÃo. Tragó con esfuerzo el ácido que le subÃa por la garganta.
‘Justo ahora, ¿por qué…?’
Por mucho que se consolara, en estos momentos siempre le venÃa lo mismo a la mente.
¿Estará Ha-eun bien?
¿No estará llorando buscándome?
¿Y el refugio? ¿De verdad es seguro?
¿DeberÃa haberme quedado a su lado…?
En ese momento, un grito agudo y desgarrador le perforó los oÃdos.
“¡S-sálvenme!”
“¡A-aléjate! ¡Aléjate, te digo!”
Entre los monstruos blancos se veÃa una cabellera oscura. Una mujer abrazaba a un niño y se acurrucaba, mientras un hombre se ponÃa delante de ambos para protegerlos. BlandÃa valientemente un paraguas, pero era inútil. Incluso desde lejos se notaba que le temblaban la mano que sostenÃa el paraguas largo y las piernas.
‘¡Maldita sea!’
Eui-jae se detuvo justo cuando iba a salir corriendo. No podÃa ir directamente a rescatarlos. Si iba, los monstruos lo seguirÃan y los pondrÃa en más peligro. ¿Y si lanzaba la lanza para eliminar a los monstruos? La lanza solo podÃa usarse una vez…
La mujer abrazó al niño con más fuerza y sollozó.
“¡Sálvennos, por favor…!”
‘Sálvennos.’
La voz de Lee Sa-young, moribundo, le atravesó la mente. Maldita sea. Eui-jae se mordió la lengua con fuerza. El dolor punzante lo hizo recuperar la lucidez.
‘¿Qué estoy dudando?’
Eui-jae se lanzó abriéndose paso entre los monstruos. Si se acercaban, solo tenÃa que matarlos. Hasta que esa familia estuviera a salvo. Pateó con fuerza al monstruo que abrÃa la boca hacia el hombre.
¡Boom!
Una nube de polvo se levantó. Al mismo tiempo, Eui-jae giró la gran lanza sobre su cabeza. Se formó un torbellino a su alrededor. Los monstruos perdieron el equilibrio y tropezaron. Eui-jae golpeó el suelo con la lanza giratoria.
¡Crack!
El asfalto se partió alrededor de la lanza, creando un enorme barranco entre Eui-jae y la oleada de monstruos blancos.
‘Con esto ganaré algo de tiempo.’
Que me pasen la factura de los daños. Eui-jae se dirigió hacia la pareja. El hombre, con los ojos fuertemente cerrados, agitaba el paraguas a ciegas. Parece que le daba miedo pensar que pudiera lastimarse. Eui-jae agarró el paraguas y lo detuvo.
“Soy cazador. TranquilÃcese.”
“¿C-cazador…?”
El hombre abrió los ojos lentamente y su rostro se llenó de asombro.
“E-espera… ¿acaso e-eres…?”
“SÃ, soy esa persona. Aquà es peligroso. Deben ir al refugio más cercano…”
La mujer, que abrazaba al niño, intervino con cautela.
“El refugio asignado estaba lleno, asà que Ãbamos a otro. Pero me torcà el tobillo…”
“¿Ya estaba lleno?”
“S-sÃ…”
La mujer bajó la cabeza, abrazando al niño con más fuerza, no para protegerlo, sino como si intentara ocultarlo desesperadamente. Algo no cuadraba.
‘…El niño está demasiado callado.’
¿No deberÃa estar llorando en una situación asÃ? Pero no hacÃa ni el más mÃnimo ruido. Solo se oÃa una respiración extrañamente tranquila. Eui-jae dio un paso hacia la mujer y el niño, pero el hombre se interpuso, temblando.
“L-lo siento. Lo siento.”
“……”
“Lo siento…”
“No pasa nada.”
Eui-jae puso una mano en el hombro del hombre.
“No les haré daño. Ni haré nada raro. Solo quiero mirar.”
El hombre fue apartado con facilidad. Eui-jae se agachó para quedar a la altura de la mujer, que se encogió aún más. El niño estaba completamente cubierto: cuello alto, guantes, pantalón largo, gorro con orejas, mascarilla que tapaba media cara.
“No los aceptaron en el refugio, ¿verdad?”
“……”
“¿Los echaron?”
El hombre suspiró. Por más que lo cubrieran con ropa, por más que la madre intentara ocultarlo, no podÃa esconder las escamas que le salÃan en la cara. La mujer sollozó.
“Una persona vestida de blanco dijo que no podÃan aceptar mutantes… Que podrÃan poner en peligro a los demás… Que si sacaba solo al niño, nos dejarÃan quedarnos…”
“……”
“Pero no podÃa dejar al niño solo. Asà que…”
“Salieron todos juntos.”
La mujer asintió. El niño, en brazos, miraba al vacÃo con ojos perdidos. En su cuello se veÃan largas branquias.
“……”
La mutación estaba bastante avanzada. Ningún refugio los aceptarÃa.
‘Quizá en el gremio Seowon…’
Eui-jae miró a su alrededor y vio una señal de tráfico apenas reconocible. El gremio Seowon estaba bastante lejos.
‘¿PodrÃa llevarlos hasta el gremio Seowon?’
No era imposible, pero serÃa un camino difÃcil. Además, los monstruos lo seguirÃan. Esta familia podrÃa correr aún más peligro…
No habÃa tiempo. Los monstruos ya estaban llenando el barranco con sus cuerpos.
En ese instante.
¡Fwoosh!
Un calor abrasador surgió de la grieta. Los monstruos que la llenaban ardieron sin siquiera poder gritar. Ni las cenizas blancas sobrevivieron al fuego.
Entre las llamas apareció una gran sombra.
“…Vaya, no esperaba verte aquÃ.”
“¿Eh? ¿Qué haces aquÃ, J?”
“¿Honeybee?”
Eran Matthew, con traje plateado, y Honeybee, con un estoque. Honeybee saltó sobre el valle en llamas y se acercó a Eui-jae .
“Vine porque habÃa demasiados monstruos por aquÃ. ¿Y estas personas quiénes son?”
Eui-jae explicó brevemente. Honeybee escuchó atentamente y miró de reojo al niño, con expresión complicada. Era comprensible: ella también habÃa perdido compañeros por las mutaciones.
“¿Entonces piensas llevarlos al gremio Seowon?”
“Es lo mejor. Ningún refugio los aceptará.”
“Cierto…”
“Entonces, vayan a Seowon.”
Matthew, que habÃa estado escuchando, habló desde el otro lado del valle, frente al muro de llamas.
Las llamas se reflejaban en sus gafas, ocultando su expresión. Se quitó la chaqueta y la colgó en el brazo izquierdo, arremangándose la derecha. Eui-jae abrió los ojos sorprendido. Su brazo estaba cubierto de cicatrices más oscuras que su piel, marcas de quemaduras vivas y profundas.
Como las llamas reflejadas en sus gafas…
Matthew habló con voz profesional.
“Yo me encargo de esto aquÃ.”
“No, no puedo dejarlo…”
“¿Está seguro? Su respiración es inestable.”
“……”
“Su temperatura y pulso cardÃaco son altos. No está en condiciones normales, ¿verdad?”
Los cazadores siempre son perceptivos. Cuando Eui-jae guardó silencio, Matthew se ajustó las gafas. ParecÃa un oficinista de campo, si no fuera por los monstruos y las llamas a su alrededor.
“Usted es nuestro mayor recurso. No desperdicie energÃa aquÃ.”
“Pero estos monstruos…”
“No se preocupe. Mi habilidad está especializada para enfrentar a grupos grandes a la vez.”
“Pero…”
“Ya he dado mi respuesta.”
Las llamas crecieron hasta casi devorar a Matthew. ParecÃan una ola gigante. Chispas volaban por todas partes. Matthew advirtió en voz baja:
“No puedo garantizar que no lo ataque. Será mejor que mantenga distancia.”
“……”
“Me avergüenza, pero no controlo del todo mi habilidad.”
Matthew se dio la vuelta. Una gran llama brotó de su mano. A pesar de su rostro y actitud frÃos, se sentÃa el calor. Honeybee le dio una palmada en el hombro a Eui-jae .
“No te preocupes, J puedes quedarte aquÃ. Yo llevaré a esta pareja. No hace falta que me agradezcas.”
“Ah, gracias…”
“Que no, hombre. Qué raro, usando a alguien de mi nivel como guardaespaldas.”
Honeybee, refunfuñando, se agachó delante de la mujer.
“Súbete, y que el marido lleve al niño.”
“¿Eh? Pero…”
“Dijiste que te torciste el tobillo, ¿no? Es mejor que yo te lleve a caminar entre monstruos.”
“……”
La mujer miró a Eui-jae, insegura. Él asintió para tranquilizarla. Ella se subió a la espalda de Honeybee y el hombre tomó al niño en brazos. Antes de partir, Honeybee miró hacia las llamas.
“¿Vas a quedarte aquÃ?”
“SÃ, probablemente.”
Cuando Eui-jae asintió, Honeybee arrastró los pies y habló despacio.
“Entonces… te pido un favor. ¿Puedes cuidar de Matthew?”
Honeybee puso cara de apuro.
“A ese tipo, no le gusta nada su poder y habilidad.”
“……”
“Asegúrate de que no explote, ¿sÃ?”
Era una petición inquietante.
Esperé un mes precisamente para ver a Sayoung ðŸ˜ðŸ˜ðŸ˜ y no apareció, pero con solo a ver escuchado su nombre ya me hizo llorar 😠¿Y como que a matthew no le gusta su habilidad y que puede explotar? 😠¡Gracias por la traducción! La estuve esperando mucho.
ResponderEliminarGracias por la traducción 💗ðŸ˜Estuve esperando la actualización todo el mes!!!!! Matthew no le gusta su habilidad?!!!! Eso es algo nuevo,me gusta mucho como va avanzando la historia y el desarrollo de los personajes.Y pobre J siempre está tan ansioso…..espero que Nam Woojin encuentre la cura antes de que mute .No puede esperar para el siguiente cap,espero con ansias un final feliz ðŸ˜ðŸ˜
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