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Cazador tranquilo Chapter 334


 Capítulo 334

34. Cuenta atrás 

Después de que Honeybee y la familia se marcharon, solo quedaron Matthew, Cha Eui-jae y los monstruos que morían calcinados. Eui-jae mordió suavemente la parte interna de su boca. Lo correcto sería marcharse ahora mismo. Sin embargo, no podía mover los pies. No sabía si era por la petición de Honeybee o por una intuición inexplicable.

Matthew estaba de espaldas mientras quemaba a los monstruos. Cada vez que movía las manos, las llamas se agitaban libremente como olas. Era elegante, como el director de una orquesta, pero con movimientos tan precisos como una espada.

Las llamas rugientes ahogaban los gritos de los monstruos. Aunque parecía que el fuego iba a devorar el mundo, el ambiente era extrañamente silencioso. Solo se oía el crepitar de algo ardiendo.

Por eso resultaba incómodo.

Matthew habló.

"No se va a ir, ¿verdad?"

"…No."

"Debe de haber lugares donde necesitan su ayuda. Como esa familia que acaba de conocer."

"…"

"Si no fuera por usted, habrían muerto vagando por la calle. O quizás…"

Su voz fría planteó otra hipótesis.

"Quizás fue se pusieron en peligro al encontrarse con usted. Estos monstruos están luchando por llegar hasta usted."

Tenía razón. Los monstruos, aunque tenían extremidades ardiendo y un profundo barranco los separaba, seguían arrastrándose hacia Eui-jae.

¿Esa familia se puso en peligro por haberme encontrado?

‘…Puede ser.’

Un viento abrasador barrió el lugar. El sudor empezó a perlársele en la frente. Matthew giró lentamente la mitad de su cuerpo y miró a Eui-jae.

"Su respiración ha cambiado. ¿Acerté?"

No era buena idea ocultar algo ante alguien que podía percibirlo todo. De todos modos, lo descubriría. Eui-jae respondió brevemente.

"No lo negaré."

"Gracias. Por responder con sinceridad."

Un monstruo, envuelto en llamas, se abalanzó hacia Eui-jae. Sin embargo,

¡Tac!

Al oír un chasquido de dedos, el monstruo se consumió sin siquiera rozarlo. Eui-jae observó las llamas dispersarse en el aire.

"En realidad, eso no importa. Para mí, es una buena oportunidad. Quería conversar con usted al menos una vez, incluso en estas circunstancias."

"..."

"Si le incomoda, puede irse a otro lugar."

"Por ahora estoy bien."

Además, Honeybee le había pedido que lo vigilara. Matthew sonrió levemente.

"Tiene un gran sentido de la responsabilidad. Eso puede ser un veneno. O quizás, ya lo sea."

Su manera de hablar generaba una extraña incomodidad. Señalaba fríamente las verdades que uno quería evitar. Planteaba puntos que uno no había considerado. Daba motivos para pensar. Para que uno pudiera reflexionar sobre sí mismo.

"La responsabilidad excesiva suele devorar a las personas."

"Es cierto."

Eui-jae asintió dócilmente. Más allá de las llamas, Matthew apretó el puño. Los monstruos que trepaban estallaron en pequeñas explosiones.

"Tengo curiosidad por algo. ¿Puedo preguntar?"

"Sí."

"Si por su culpa muriera alguien a quien le tiene aprecio..."

"…"

"¿Podría perdonarse a sí mismo?"

Apenas oyó la pregunta, le vino a la mente un ataúd negro. Cha Eui-jae, postrado sobre el ataúd, con Lee Sa-young durmiendo dentro. Cha Eui-jae derramó lágrimas secas. Se arrepintió.

Si hubiera sido un poco más fuerte, no lo habría perdido tan fácilmente.

Detrás del ataúd de Lee Sa-young, volaba ceniza blanca. Su tía caminaba entre las cenizas. Eui-jae se apresuró a seguirla. La ceniza caía como una ventisca, nublando su visión. De pronto, Eui-jae estaba en un páramo blanco. El suelo, empapado de sangre blanca, y sus compañeros despedazaban monstruos y devoraban su carne.

Si hubiera detenido a su tía. Si hubiera entrado antes que ella. Si hubiera entrado solo. Si hubiera podido detener a sus compañeros. Si hubiera sido más fuerte...

Los remordimientos se acumulaban uno tras otro. Eui-jae miró hacia atrás, sobre la montaña de arrepentimientos en la que estaba parado.

¿Cha Eui-jae se había perdonado a sí mismo?

"No."

Numerosos fracasos y remordimientos formaban a Cha Eui-jae. Vivía sobre esos fracasos y arrepentimientos. Fingiendo estar bien.

"No puedo."

Matthew, ahora ya se había dado la vuelta por completo, lo miraba. Las cicatrices de quemaduras en su brazo estaban rojas, como si estuvieran vivas o recién hechas.

"Aun así…"

A pesar de todo, Eui-jae había podido seguir adelante. Había podido fingir estar bien.

El mundo agrietado cubierto de ceniza blanca desapareció. Eui-jae estaba sentado en un restaurante de sopa para la resaca. Sobre la mesa verde hervía una sopa blanca. La abuela pelaba ajos mirando una vieja televisión. En la mesa de al lado, Haeun fruncía el ceño garabateando en su libro.

La puerta corrediza del restaurante se abrió. Personas conocidas fueron entrando una a una, llenando las mesas vacías. Bae Won-woo y Kang Jisoo, Yang Hyejin y el nuevo cazador, el cazador que siempre escondía soju, el oso, Honeybee y el jefe Han, Jeongbin y Minjigijeok, y muchos otros que solían visitar el restaurante...

De pronto, alguien se sentó frente a Eui-jae. Unos ojos violetas, apoyando la barbilla y mirando alrededor con calma, se posaron en él. Sus labios carnosos esbozaron una sonrisa, y sus ojos violetas, sin brillo, se curvaron amablemente.

Eui-jae parpadeó. El paisaje del restaurante desapareció en un instante. Solo quedaban las llamas rojas que lo rodeaban todo y Matthew esperando una respuesta.

"Aun así... puedo seguir viviendo."

"¿Aunque no pueda perdonarse a sí mismo?"

"Sí."

En el mundo hay muchas personas buenas. Eui-jae, por suerte, había conocido a muchas de ellas. A su lado, él también podía ser una buena persona. Brindar amabilidad, llenar la pérdida con nuevos encuentros, construir éxitos sobre fracasos.

Matthew se subió las gafas con el dedo medio y el índice.

"Ya veo. Gracias por responder."

"¿Usted piensa diferente, Matthew?"

"…"

Matthew volvió a subirse las gafas.

"La Biblia enseña a perdonar los pecados. Yo también crecí con esa enseñanza, aprendiendo a perdonar."

"..."

"Pero…"

Por un instante, las llamas se agitaron violentamente. Las llamas rojas giraban codiciosamente alrededor de Matthew.

"Por más que uno perdone... por más que lo intente…"

"…"

"Nunca he sabido cómo perdonarme a mí mismo."

Las llamas, ahora afiladas, se elevaron de golpe. Eran muy distintas a las que había antes. No eran llamas para someter y eliminar enemigos. Eran llamas que lo devoraban todo sin propósito... Era peligroso. Eui-jae agarró la lanza clavada en el suelo.

Entre las llamas, Matthew aparecía y desaparecía. El calor distorsionaba el entorno. Si esto continuaba, sería un desastre. Eui-jae, desesperado, dijo lo primero que se le ocurrió.

"Las quemaduras de su brazo son un efecto secundario de la droga, ¿Cierto? La droga de Prometeo."

"Así es. El doctor curó perfectamente los efectos secundarios."

"Entonces…"

Matthew acarició la cicatriz sobre la quemadura.

"Esta es una cicatriz que dejé a propósito. Porque debo recordarlo siempre."

"¿Recordar qué...?"

"Que los humanos se queman fácilmente."

Matthew sonrió tras las llamas. Su sonrisa, distorsionada por el calor, parecía extraña.

"Maté a mi hermana."

"…"

"En el momento de mi Despertar, estaba en la casa de mi hermana. Era su cumpleaños. Ella, su esposo y su hijo estaban allí."

"…"

"Usted lo sabe. Justo después del Despertar, los poderes son especialmente inestables. Y si es una habilidad peligrosa como la mía, aún más."

Eui-jae apretó los labios. En el segundo mundo, Lee Sa-young se encerró en el baño del hospital tras Despertar. Su habilidad era demasiado peligrosa. Seguramente, Matthew pasó por lo mismo.

Por desgracia, no había nadie a su lado que pudiera ayudarle a controlar su poder.

Eui-jae pudo imaginar fácilmente la escena. Las llamas brotando sin control, Matthew encerrado en el baño, su hermana y su familia golpeando la puerta preocupados.

Y sus llamas eran demasiado fuertes para apagarlas con un simple chorro de agua.

"…"

"Vivir sin perdonarse a uno mismo, ¿eh...?"

Matthew murmuró. Las llamas a su alrededor crecían cada vez más. Ya ni siquiera se le veía bien. Los monstruos ardían en cuanto tocaban su fuego. El sudor frío le caía. Las llamas susurraron.

"Me habría gustado conocerte un poco antes."

¡Fuaaah!

Las llamas se elevaron hasta el cielo.

"¡Señor Matthew!"

Al mismo tiempo, Eui-jae blandió la lanza y partió el muro de fuego. Finalmente, la mano que sostenía la lanza cayó hacia abajo.

Al otro lado del muro no había nadie.

Nada.


Comentarios

  1. WOW Matthew es un personaje increíble y misterioso,saber un poco más de su historia es increíble.El hecho de que no pudo controlar sus poderes y lastimó a su hermana……es algo muy fuerte.”¿Vivir sin perdonarse a uno mismo?” Esa frase me destrozó y que CEJ se atormenta,se culpa por no ser fuerte.Pero lo único que logré calmarlo es pensar en LSY amo la relación de ellos dos .Los quiero mucho a ambos,y al resto de los personajes.MUCHAS GRACIAS POR LA TRADUCCIÓN !!!😭💗

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  2. Esto de esperar semanalmente está acabando conmigo 😭 no puedo imaginar bien la escena de Sayoung en el ataúd, o la escena de la familia de matthew 😭 pobrecito, por eso honibay lo cuida mucho. ¡Gracias por la traducción!

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  3. Graciasssss 😭

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  4. Cada semana toca arrancarse un poco el corazón:'), pobre Matthew pensar que todos los personajes sufren sus propias historias, sus propios arrepentimientos y dolores y que eso puede cambiar mas de lo que uno puede imaginar es algo incluso difícil de aceptar para personas reales. Amo esta historia porque siempre trata estos temas con nada más que la verdad y aunque duela en ningún momento me ha dejado de encantar esta historia. Sobre todo por la manera hermosa en la que su relación se manifiesta y siempre está presente LSY para CEJ. Su amor no solo se basa en una historia romántica. Sino en como van superando los obstáculos que se les impone juntos y amándose por ello a pesar de que puedan estar separados en ocasiones :'). Amor esta historia. Muchas gracias por traducirlo

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